En los últimos años hemos visto como la presencia de la mujer en el mundo laboral va dando pequeños pasos hacia la igualdad, pues ya se empieza a notar el cambio, sobre todo en el cine. Con películas como Alcarràs (2022), dirigida por Carla Simón, y Cinco Lobitos (2022), de Alauda Ruiz de Azúa, – ambas arrasando en esta temporada de premios-, queda demostrado que esto solo es el principio.
Sin embargo, esto no quiere decir que antes las mujeres no hubieran dirigido películas. En la animación, teniendo casi por obligación a referentes como Walt Disney o los hermanos Fleischer, a veces tendemos a olvidarnos de aquellos artistas que por una u otra razón han pasado desapercibidos para el público pero que dentro de la industria se sigue notando su influencia.
Por ejemplo, aunque muchos podríamos pensar que Blancanieves y los siete enanitos (1937) de Walt Disney Studios fue el primer largometraje animado, Lotte Reiniger había terminado su película Las Aventuras del Príncipe Achmed (1926) más de una década antes. La directora alemana fue una pionera en la industria, inventando varias técnicas de animar entre las que se encontraba la animación con siluetas, la cual se usó en su filme (frame a frame) inspirado en el libro Las mil y una noches.
Unos años más tarde Mary Ellen Bute, directora norteamericana y otra de las grandes en la animación, sacaba Tarantella (1940), una película muy representante de su trabajo de investigación sobre distintas técnicas de animación desde lo puramente experimental.
En los 70s Suzan Pitt desarrolló Asparagus (1979), una película de animación surrealista centrada en la identidad femenina y su sexualidad, temas constantes en el trabajo de Pitt. El proyecto destaca la estética psicodélica que era tan popular esos años en Estados Unidos, y mantiene esa expresión creativa e inspiración audiovisual que tanto le interesaba.
En 1998 Brenda Chapman hizo historia, convirtiéndose en la primera mujer en dirigir una película animada con El Príncipe de Egipto. Unos años más tarde, en 2013, se convertiría también en la primera mujer en ganar un Oscar en la categoría de Mejor Película Animada con Brave (2012).
Ya siguiendo en el siglo 21 nos encontramos con el trabajo de Jennifer Lee, codirectora y guionista de ambas entregas de Frozen, las películas de animación más taquilleras de todos los tiempos solo por debajo de El Rey León (2019) y ganadoras a varios premios entre los que se encuentra el Oscar a Mejor Película Animada (por Frozen, 2013).
Finalmente nombraré, entre muchos otros casos, a Domee Shi, quién se convirtió en la primera mujer directora de un corto en Pixar con Bao (2018), ganador del Oscar a Mejor Cortometraje Animado, además de la primera mujer cómo única directora acreditada en un largometraje en el estudio con Turning Red (2022), la cuál también está nominada al Oscar a Mejor Película Animada (2023).
Así pues, informémonos y recordemos a estas brillantes mujeres que siendo pioneras ayudaron a evolucionar la industria mientras trabajamos por construir las tantas que están por venir.
