Leyendas del Metro de Madrid

 ”¿De dónde vienen las leyendas urbanas? ¿A dónde van? Sea como sea, las leyendas urbanas forman parte de nuestra vida y de nuestra cultura y siempre que haya un rumor, un mito, una noticia mal contada, una imagen retocada, etc; seguirán existiendo…”

LA LÍNEA 5 DE METRO

Línea 5 de Metro

Es curioso cómo cada vez salen más leyendas de lugares tan comunes como el metro, en este caso, de la ciudad de Madrid, más concretamente, y como el título de esta publicación indica, “la línea 5 de Metro”. 

Pero… ¿de qué se trata? ¿En qué consiste exactamente esta leyenda? Recordemos que el metro, dentro de lo evidente, en su mayoría, es bajo tierra. Pasa por túneles en completa oscuridad. Esta leyenda en particular recomienda no dejar pasar más de diez trenes de esta misma línea, siempre y cuando no queramos encontrarnos con un tren fantasma, escalofriante; donde se escuchan gritos y lamentos, donde se ven sombras y figuras extrañas. Todo esto sucede si dejamos pasar nueve trenes y decidimos subirnos en el décimo, pues este último será el embrujado. 

También es cierto que hay que tener cierta suerte, o infortunio, y paciencia para que todo esto acontezca, con lo que no podemos corroborar la veracidad de dicha leyenda. Sin embargo, si decidís hacerlo, os recomendamos tomar notas sobre el asunto. 

TIRSO DE MOLINA 

Metro Tirso de Molina

Esta estación de metro, hoy día tan conocida por su plaza (donde se encuentran varios puestos de flores), también conocida como la plaza de Tirso de Molina, fue inaugurada en 1921 bajo el nombre de Progreso, ya que por aquel entonces la plaza se llamaba de esa forma. Anteriormente, y hasta 1834, en este lugar se encontraba el Convento de la Merced. La plaza cambió de nombre por un popular fraile que vivía allí, se llamaba Gabriel Téllez, también conocido como Tirso de Molina. 

Muchos seguro que desconocen el secreto que se esconde en los muros de dicha estación, que es lo que da pie a la leyenda de esta parada tan particular. 

El convento de la Merced fue abandonado y destruido en 1834 tras la desamortización de Mendizábal.  Junto a este religioso lugar se encontraba un cementerio donde enterraban a los monjes para que pudiesen descansar en paz, el cual no fue trasladado a ninguna parte tras la destrucción del sitio, sino que decidieron dejarlo ahí para siempre, cayendo poco a poco en el olvido. 

Metro Tirso de Molina

Los restos fueron encontrados por los obreros durante la construcción de esta estación y se comenta que las autoridades decidieron dejarlos ocultos tras sus muros.  

La leyenda cuenta, no sin cierto halo de misterio y romanticismo, que hay fantasmas deambulando por la zona y que, también, se puede escuchar ruidos extraños en este pintoresco lugar. 

Marta Coca

Redactora

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